Siempre con la convicción de poder conocer y descubrir nuevos parajes y sumergirse en ellos, es que hace varios años veníamos gestando la idea de recorrer Navarino o, como dice un amigo, “la isla mágica”. Es así como hace algunos años tuvimos algunas visitas previas a este sector para ya en el 2018 realizar, a través de Alerce Outdoor, el circuito del Lago Windhond hasta los Dientes de Navarino. Afortunadamente he tenido el privilegio de estar en muchos lugares hermosos que nos brinda la naturaleza, sin embargo, hasta el momento nada se compara con el salvaje paisaje que uno encuentra en esta isla, el que, sin lugar a dudas, obliga a volver en un corto plazo. Así, este año, junto a una expedición paralela de 10 personas de Alerce Outdoor, decidimos volver y realizar nuevamente el circuito, esta vez siguiendo los pasos de un buen amigo, (Cristian Donoso) me desafié a poder navegar las lagunas más grandes que se encuentran allí.

Para ello estaba la opción, como lo han hecho algunos amigos, de portear un kayak por todo el trayecto hasta navegar el objetivo que se han planteado. Sin embargo, gracias a la tecnología que hoy ofrecen las tiendas outdoor especializadas que existen en el país -en este caso Volcanika Valdivia-, se pudo gestionar un “bote inflable”: packraft marca Nortik modelo Trekraft de 4,50 kilos, con el que junto a todo el peso que llevaríamos en los 5 días de expedición, sumaba aproximadamente un total de 25 kilos. Al inicio del trekking no puedo negar que en varias oportunidades me pregunté qué estaba haciendo con todo esto, pero ya era tarde para desistir, y recordaba una frase que decimos con varios amigos: “nunca ha sido fácil”.

La meteorología para la Isla Navarino no se proyectaba tan auspiciosa, sin embargo, con el correr de las horas la isla nos demostraba su rudeza pero siempre con la suficiente misericordia para dejarnos avanzar sin mayores sobresaltos en todos los campamentos que teníamos pre-establecidos. Es así como el día 2 del circuito, ya habiendo caminado aprox. 5 horas, llegamos a la Laguna Escondida, sector en el que ya tenía previsto con mi compañero de cordada Sebastián Rojas y Guillermo Valenzuela uno de los guías de esta expedición, poder realizar la primera navegación.

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