La Reserva Costera Valdiviana, que en su génesis correspondía a un predio forestal llamado Chaihuín-Venecia que en la década de los ochenta y noventa destruyó gran parte del bosque nativo existente en la zona con la plantación de eucaliptos, es una de las iniciativas de conservación privada más grandes del país, transformándose en un lugar emblemático en la historia del movimiento por la conservación en Chile, al efectuarse la mayor sustitución nunca antes autorizada en nuestro país (más de 16,000 ha) en una zona de protección natural modelo.
Actualmente corresponde a un predio privado, pero de acceso público, que con sus 60.000 hectáreas protege 35 km. de costa, una emergente zona de interés para la conservación marina; una red hídrica de casi 970 km de longitud repartida en cinco cuencas y paños continuos únicos de bosques de olivillo costero, poco representados en el sistema público de áreas protegidas. Posee una extraordinaria lista de plantas y anfibios endémicos; parches de alerce costero genéticamente distintos a los de la depresión intermedia y de la Cordillera de Los Andes, y grandes extensiones de hábitats para especies bandera como el pudú y la nutria marina o chungungo, entre muchos otros. Ubicada en la localidad de Chaiuín en la isla de Corral, se puede acceder primeramente a través del cruce marítimo por la Bahía de Corral, para luego seguir en dirección sur por el camino costero, pasando por las localidades de Amargos, San Carlos, Los Liles, Palo Muerto y Huape, para posteriormente llegar a la localidad de Chaihuín, lugar donde se cruza el puente que atraviesa el río del mismo nombre, para finalmente llegar a la administración de la Reserva Costera Valdiviana. Durante todo el año hay buses rurales que realizan el recorrido Corral-Chaihuín, al menos 3 veces al día. Fuente: Parques-selva valdiviana.

 

 

LA POSTAL “LA COSTA DE LA REGIÓN DE LOS RÍOS”

La verdad es que nunca faltan las ganas y el ánimo para regresar a la Reserva Costera Valdiviana y bajar o bien remontar el río Colún, sin embargo, este verano recién pasado como una forma de hacerlo de una manera un tanto distinta, decidimos incorporar un Packraft. La idea era ir con dos buenos amigos amantes de las actividades al aire libre (Pablo Lloncón y José Manuel Navarro), a este sitio al cual no nos cansamos de visitar por diferentes accesos, épocas, modalidades, etc. En esta oportunidad tomamos la barcaza de las 08:00 am para dirigirnos a la localidad de Chaihuín para posteriormente llegar al puente del río Colún e iniciar nuestra jornada en kayak de travesía con la meta de navegar 24 km ida y vuelta (kms dentro de la media para una jornada de kayak). Particularmente yo llevaría en la parte trasera del kayak un packraf marca Nortik modelo Trekraft de 4,50 kilos (a la venta en Chile únicamente en la tienda Volkanica), con el cual esperaba llegar a la desembocadura del rio Colún, una playa fascinante del mismo nombre y con una extensión de 8 kms., que cuenta con dunas de unos 20 mts de altura, las que están en una constante lucha por ganarle terreno a los bosques de olivillo presentes en el lugar, y como si esto no fuera poco, además están las Lagunas Gemelas, lo que logra que este entorno sea aún más mágico.

Por mi parte, esperaba llegar a esta desembocadura, sacar el packraf y navegar estas 2 lagunas por algún acceso que no impactara el bosque o huella ya existente, no obstante, solo una de ellas tenía chance, en el papel, por el tiempo de navegar (para la otra aún hay que buscar la huella). Así es que, con la mejor de las expectativas, caminamos por la cara sur de todas las dunas, con un viento que se hacía sentir y, disminuía simultáneamente, en la medida que avanzamos, las opciones de navegar la laguna del lado norte oeste. Finalmente llegando a ellas, sabía que con ese viento en el packraf era cosa de minutos para quedar sobre el bosque de olivillos jajajaj pero ante situaciones como estas están los amigos que dicen: vamos si no pasa nada!!! jajajajaj (ya me querían ver volcado, ya que era verano y el agua no estaba mal, así es que tampoco sería tan malo …..en el peor caso jajaja…. todo en un marco de humorada). No obstante, siempre con la seguridad primando, ante todo, navegué un tramo corto por la orilla de una de las lagunas, acompañado de un viento que fácilmente debe haber alcanzado los 40 km /h. Punto aparte fue sacar el packraft e inflarlo, pero para eso están los buenos amigos, los que fueron vitales para dejarlo listo. En fin, pude tener el placer de navegar un % de esa laguna experimentando y validando, en cierta manera, otra modalidad de puede ser de interés para actividades mixtas y en una zona bastante anormal por los diferentes contrastes existentes en pocos kms.

Con esto ya nos alistábamos para llegar nuevamente a la desembocadura del rio Colún, punto también donde existe un camping establecido con mucho esfuerzo por la misma Reserva Costera y en donde me detengo unos minutos para reflexionar por la cantidad de basura que encontramos en el lugar, la que si bien no fue mucha, sabemos del esfuerzo que realizan por ejemplo, la ONG “The Nature Conservancy” (TNC), apoyando a los emprendedores locales y difundiendo de manera sustentable este lugar, etc., y aun así, nos encontramos que los mismos visitantes no hacen algo tan mínimo y simple como llevar su basura. Qué triste, esto sin duda que muestra una cara real de nuestra falta de cultura, que no solo pasa con habilitar los accesos, si no también hacernos responsables como sociedad de crear conciencia respecto a las áreas silvestres públicas y privadas y por supuesto, el cuidado de nuestro entorno en general.

Volviendo al punto, iniciamos la remontada del rio acompañados de un buen día de verano disfrutando de ese rio poco frecuentado y en el que perfectamente se pueden ejecutar circuito de avistamiento de aves, entre otros. Llegando al puente del rio Colún, nos felicitamos como corresponde con el equipo, sabiendo y teniendo la certeza que somos privilegiados de navegar por un río y paisaje tan impresionante. A nuestro juicio esta Reserva y todo este sector, reúne una serie de condiciones aptas para la capacitación en actividades al aire libre, más aún con los excelentes guías locales que se han ido formando y capacitando de la mano de este proyecto.

Ya en Cahuín, solo disfrutamos de todo este trayecto por la costa, viendo también como algunos surfistas venían a buscar alguna ola, o como también gente en MTB llega a adentrarse en este sector. Finalmente llegamos a algo no muy grato como es la barcaza para cruzar a Niebla jajaja, sabíamos que verano, pero no contábamos con esperar más de 1 hora y media para lograr cruzar. Sin duda que es una zona 100% recomendable para visitar, no solamente a través del rio Colún.

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Fotografías Pablo Loncón